Europa busca liderar la próxima Revolución Industrial desde el microchip

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En el evento Masters of Digital 2022, celebrado en Bruselas de forma híbrida por primera vez, Ursula von der Leyen recalcó la importancia del microchip en la Revolución Digital para Europa. La presidenta de la Comisión Europea anunció que, la próxima semana, la UE publicará la Ley Europea de Chips, con la que se establecerán los principios básicos para que el continente desarrolle todo su potencial en el sector.

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“En los últimos tiempos me he embarcado en un viaje digital. He visto compañías en Luxemburgo construir sistemas ultra seguros de comunicaciones por satélite gracias a la tecnología cuántica, estudiantes en Irlanda que usan IA para mejorar la salud de los animales en las granjas y he hablado con startupers en Eslovaquia que están llevando nuevas tecnologías de sus nanocentros hasta nuestras ciudades. Todas estas personas tienen una gran historia que contar. Son historias sobre innovación que van más allá de las fronteras del conocimiento humano, y también son nuestras historias”.

Así abrió su intervención Ursula von der Leyen en el evento Masters of Digital 2022 celebrado ayer. Las palabras de la presidenta de la Comisión Europea vinieron a certificar la apuesta de la UE por la digitalización del continente como medio de avance económico y social: “Hace un año os hice una promesa. Una promesa que impactaría en la Europa de esta década en dos sentidos: mediante una inversión sin precedentes, por un lado, y a través de unas nuevas reglas para el sector digital, por otro. Ahora, un año después, ya estamos en el camino con el dinero, y también con la legislación, pues si el plan Next Generation EU sirve para reformular el continente en el plano económico, el nuevo libro de reglas para la década digital, que acabamos de empezar a escribir, hará lo propio en el plano legislativo”.

El libro al que se refiere von der Leyen es un texto reciente, dividido en diversas leyes, al que se le van sumando capítulos según se necesiten. Así, la Ley del Mercado Digital y la Ley de los Servicios Digitales sostienen “los principios básicos para todas las compañías digitales en Europa” con el objetivo de garantizar la igualdad competitiva entre ellas, mientras que la Ley de la IA se formula como “una guía para el uso apropiado de una de las tecnologías más cruciales de nuestro tiempo”. “Claro que queremos que las compañías y los usuarios sigan avanzando e innovando en Inteligencia Artificial, pero respóndame a esto: ¿debemos proteger los derechos del pueblo y a la gente en particular con reglas claras sobre los grandes peligros de las aplicaciones de IA? Creo que hay que dirigir el enorme potencial de esta tecnología en la dirección adecuada”, aclaró.

En los próximos meses, saldrán más capítulos del citado libro de reglas. De hecho, este mes se presentará la Ley del Dato, que “dará a los individuos más control de los datos que producen sus dispositivos y también más control sobre cómo procesan las compañías su información". Aparte, habrá un acta que fije los estándares de seguridad para todos los dispositivos conectados en Europa. 

Porque, como aseguró Van der Layen, “la transición digital precisa de unas reglas claras”. "La gente necesita poder confiar en la tecnología que tiene en sus manos, mientras los negocios deben poder hacer predicciones desde esos datos para planear sus inversiones”, aseguró. Dos poderosas razones que planean sobre “la más ambiciosa agenda para la reforma digital hecha nunca en la Historia de la Unión”. Llegará la próxima semana y tendrá por nombre Ley Europea de Chips.

Europa como epicentro de la Revolución

El título nos empuja directamente a la pregunta: ¿Qué le lleva a Europa a apostar por el sector de semiconductores? Von der Layen contesta: “Los semiconductores se convirtieron en noticia cuando se tuvo que reducir su producción en el globo. Entendimos entonces que nos faltaba uno de los elementos más cruciales de la transición digital, pues no hay digitalización sin chips. Así que, en lugar de enfocarnos en lo que no tenemos, quisimos poner el foco en la fuerza de Europa en este sector. Somos el centro mundial de investigación sobre semiconductores, y somos especialmente fuertes en sectores específicos, como la fabricación de chips para tarjetas. Debemos, por tanto, entender que Europa sí es un líder global en este campo, y ésa es la dirección a seguir. El plan es ambicioso, pero conseguible”. 

Lo cierto es que los números no engañan. Para el 2030, el 20% de los microchips producidos en el mundo habrán sido fabricados en Europa. Esto es el doble de lo que se produce actualmente. Aparte, el mercado se va a duplicar en la próxima década, lo que significa que la producción europea se va a cuadriplicar.

La Ley Europea de Chips conllevará, por tanto, una inversión considerable. “Se necesitarán más de 12.000 millones de euros, y una inversión pública y privada adicional que irá sumada a los más de 30.000 millones de inversión pública que ya existen. Todo ese dinero con el foco puesto, particularmente, en los 5 primeros años, donde invertiremos fuertemente en el campo de los transistores por debajo de los 3 nanómetros y en las tecnologías disruptivas para IA”, explicó la ponente. 

Sin embargo, este esfuerzo seguirá siendo insuficiente, y “Europa necesitará más espacios para la producción”. “Confiamos enteramente en productores extranjeros. En fábricas foráneas a las que ayudaremos con dinero público para atraer capital privado. Creemos que es fundamental, por lo que estamos orquestando todo para adaptarlo a esta situación. Un panorama en el que no olvidamos a la pequeña empresa, a la que ayudaremos igualmente a encontrar parterns industriales o a acceder a financiaciones especiales”, comentó Von der Leyen. 

Esta necesidad de colaboración extranjera también toca la cadena de suministro. Para la presidenta de la Comisión, es obvio que “ningún país ni continente puede ser autosuficiente. Así que Europa siempre trabajará para tener los mercados abiertos y conectados. Y no sólo con uno o dos mercados asiáticos. Trabajaremos con socios de Estados Unidos o Japón, por ejemplo. Construiremos así cadenas de suministro en las que se pueda confiar”.

La Ley Europea de Chips busca, por tanto, colocar a Europa como un lugar estratégico en el mercado de semiconductores. Un ambicioso plan en el que Ursula von der Leyen confía plenamente: “Con empresas como ASML, uno de nuestros buques insignia en el ámbito de los semiconductores, lograremos el objetivo. Estamos poniendo la inversión y la estrategia porque creemos ciegamente que si Europa prendió la mecha de las anteriores Revoluciones Industriales, debe hacer lo propio con ésta. Unamos fuerzas para que eso pase”.