"Un software desarrollado por una administración pública debería ser siempre, por ley, código abierto" (Raúl Oliván, Director Gobierno Abierto e Innovación Social del Gobierno de Aragón)
- PROTAGONISTAS AAPP
Acercar la Administración al ciudadano es el principal objetivo de Raúl Oliván Cortés. El Director General de Gobierno Abierto e Innovación Social del Gobierno de Aragón se considera poco "tecnocentrista", pues cree en la tecnología no como un fin en sí misma, sino como un medio para lograr una fructífera cooperación entre personas, comunidades y países. Un desafío que no duda en afrontar de la mano de tendencias como open source o proyectos como el Hexágono de Innovación Pública, creado por él mismo.
Raúl Oliván Cortés es el Director General de Gobierno Abierto e Innovación Social del Gobierno de Aragón. Desde esa posición, y ayudado por tendencias como el código abierto, promueve la creación de nuevos ecosistemas digitales que redunden en la cohesión entre comunidades más innovadoras. Todo un trabajo desde la administración para el pueblo y por la democracia que desgrana en esta entrevista.
1. Usted es el Director general de Gobierno Abierto e Innovación Social en el Gobierno de Aragón. ¿Qué rol juega su departamento en el Gobierno regional? ¿De qué forma lo dinamiza desde la tecnología?
Raúl Oliván Cortés: Desde el Gobierno Abierto e Innovación Social lo que pretendemos es ser una consultoría interna para uso y disfrute del propio gobierno con dos mandatos claros. El primero es abrir el Gobierno, como su propio nombre indica, y eso significa trabajar por recuperar la confianza en la democracia, allanar y redefinir las relaciones entre los ciudadanos y la Administración Pública, y, en general, promover la transparencia y la participación.
Respecto a la innovación social, ampliamos un poco más el espectro de las actividades que hacemos. Ahí lo que estamos intentado es diseñar, definir y promover nuevas formas de gestionar lo público para crear más valor a partir de diferentes enfoques y aproximaciones. Ya en cuanto a la tecnología, evidentemente la digitalización está transformando radicalmente el sector de los servicios públicos, como está pasando en tantos otros ámbitos. La parte buena es que están liberando mucha energía social y humana que podemos dedicar a construir unos servicios públicos más empáticos, cercanos, resilientes y creativos.
2. En este sentido, ¿qué tendencias son las más importantes en ese diálogo con la Administración General?
Raúl Oliván Cortés: Yo no soy especialmente tecnocentrista, en el sentido de que me parece que la tecnología es un instrumento y no una meta. Con todo, creo que la más importante es aquella que se centra en los usuarios. O sea, lo que tenga que ver con la experiencia de usuario. Me da igual si estamos hablando de html5, chatbot, IA o blockchain. Lo importante es que tenga ese enfoque de resolución de problemas y sea capaz de ponerse en la piel de los usuarios porque, demasiadas veces, utilizamos la tecnología como una respuesta a casi todo y nos olvidamos de cuál es la pregunta. Yo creo que la tecnología siempre tiene que estar al servicio de las preguntas, no sólo de las respuestas.
"Lo importante es que una solución tecnológica tenga un enfoque de resolución de problemas y sea capaz de ponerse en la piel de los usuarios". |
3. En Aragón se están moviendo proyectos como el Hexágono de Innovación Pública. ¿Nos puede comentar en qué consiste y cómo redunda en la ciudadanía?
Raúl Oliván Cortés: El Hexágono de Innovación Pública lo he creado yo. No es un proyecto digital, sino un modelo de innovación sistémica, de cambio organizacional, de creación de ecosistemas de innovación, que parte de la base de que, para innovar, no basta con crear una herramienta, un dispositivo, una oficina, un proceso o un pequeño proyecto, sino que hay que cambiar todas las reglas del juego.
Este hexágono lo que propone son seis vectores virtuosos para transformar esas estructuras organizacionales:
1. Abrir/Open – Esto es, crear redes hacia fuera, generar conversaciones en dos direcciones.
2. Trans – Mezclar, crear enfoques híbridos y transversales. O sea, romper los silos verticales, esos que no se hablan entre sí, y crear asimismo voces y sensibilidades diferentes.
3. Fast_Agile – Acortar las distancias. Utilizar el tiempo de una forma mucho más productiva. Priorizar lo importante por delante de lo urgente.
4. Proto – Trabajos sobre prototipos y pilotos. Tiene que ver con la experimentación y el trabajo con versiones inacabadas, nunca perfectas, pero que son fáciles de iterar, pues nos permiten el error.
5. Co_colaborativo – Va sobre lo colectivo. La creación de comunidades, de sentimiento de pertenencia. Generar una visión compartida.
6. Tec_digital – Éste es el apartado ciertamente digital, pero en el sentido de creación de abundancia a través de la tecnología centrada en las personas y, sobre todo, en la multiplicación del impacto de los proyectos gracias a esa naturaleza asíncrona y ubicua que permite la red.
4. Otra de las creaciones más importantes en su región es la creación de LAAAB, el Laboratorio del Gobierno Abierto de Aragón. ¿Qué trabajos desempeñan, en qué se diferencia del citado Hexágono de Innovación y qué tendencias son importantes en su desarrollo?
Raúl Oliván Cortés: Bueno, tampoco es en realidad un proyecto especialmente tecnológico. Es un proyecto del Gobierno Abierto e Innovación Social que funciona como el dispositivo del Gobierno de Aragón para promover estas políticas de gobierno abierto, innovación pública e innovación social. Ahora, evidentemente, muchos de esos proyectos tienen un puntal digital, pero no es nuestro foco especialmente.
Desde aquí, estamos poniendo en marcha la comunidad HOLA, que es una comunidad de funcionarios innovadores; Open Kids, donde trabajamos con infancia y adolescencia; o Hateblockers, donde abordamos la idea de la polarización del odio en las redes sociales, por decir tres proyectos entre los varios que se pueden ver en la página laaab.es.
5. Se ha hecho pública la intención del Gobierno de Aragón de trabajar en un proyecto con el Ministerio de Exteriores para transferir las experiencias aragonesas de innovación a 22 países iberoamericanos. ¿Qué nos puede contar de todo ello?
Raúl Oliván Cortés: Se trata de un proyecto de responsabilidad, de cooperación y de transferencia de conocimiento a través de una convocatoria que gestiona la AECID y que nos brinda la oportunidad de poder enseñar, en este caso co-aprender, junto con otras instituciones de esos 22 países iberoamericanos, incluido España.
Este proyecto se llama Cómo transformar tu equipo en un laboratorio, porque nosotros partimos de la base de que no hay que tener un laboratorio para innovar, sino que se puede hacer hoy desde un ayuntamiento, desde una biblioteca, desde una sección de un ministerio, desde un gobierno local o desde una universidad. Cualquier institución pública, también seguramente cualquier institución u organización social, puede innovar. Entonces intentamos trasladar lo que hemos aprendido nosotros a esos entornos.
Así, por ejemplo, el proyecto va a tener un MOOC (Massive Open Online Course). De modo similar, vamos a hacer un laboratorio en Latinoamérica en 2023, con funcionarios de allí. En fin, estamos haciendo gala de nuestro propio Hexágono, colaborando, abriendo y mezclando, que son algunos de los vectores del proyecto.
6. Hablábamos antes de transferir las experiencias particulares a otros países, ¿y qué ocurre con España? Nuestro país es muy plural. ¿Qué tecnologías cree que pueden ayudar en una cohesión? ¿Puede hablarnos de transferencias tecnológicas notables con alguna comunidad en particular?
Raúl Oliván Cortés: Bueno, el proyecto de colaboración más radical en el que hemos participado, y que promovimos precisamente nosotros, se llamó Frena la curva. A los pocos días de montarlo, en el contexto de la pandemia, ya estábamos cooperando y colaborando con otras comunidades autónomas, y no sólo eso, sino también con otros países. Con más de veinte países, de hecho.
Yo aquí diría que es fundamental la idea del código abierto. Creo que todas las cosas que licitamos, que llevan aparejado un tema de conocimiento, deberían ser documentadas y compartidas en código abierto. Por ejemplo, cómo se ha hecho un pliego. O con un software desarrollado por una administración pública. Éste es mejor ejemplo aún. Un software desarrollado por una administración pública debería ser siempre, por ley, código abierto.
7. Por todo esto que me cuenta, Salud debe ser uno de los sectores que más han avanzado en términos digitales en los últimos dos años. ¿Diría que es el más destacado o señalaría algún otro?
"Se deben redefinir los marcos de colaboración público-privada, pues son fundamentales para la vertebración de los ecosistemas de innovación". |
Raúl Oliván Cortés: Salud es un claro ejemplo por razones obvias. Evolucionó mucho con todo el tema de las citas online, las apps, etc. Ahí ha habido un proceso de digitalización importante. También destacaría la Educación, donde profesores y maestros han tenido una gran oportunidad de avanzar en competencias digitales en el contexto de la Covid. Y, sobre todo, Administración General. Los trámites administrativos están dando hoy pasos muy importantes en este sentido.
La revolución definitiva todavía no ha llegado, eso también lo digo. El otro día, por ejemplo, veía en Twitter la imagen de una especie de tarjeta empaquetada que estaba relacionada con la ciudadanía digital de Estonia. La tarjeta no llegaba en una carta, sino en una caja como de Apple, con un diseño bonito y coherente. Vuelvo, entonces, a la experiencia de usuario que decía antes. Es necesario que el diálogo con el usuario sea fluido. Que su experiencia no sea ardua, sino que sea una cosa eficaz y satisfactoria. Ahí hay mucho camino aún por recorrer.
8. Por último, no se deja de subrayar desde el Ejecutivo la importancia de la colaboración público-privada. ¿Está también en su agenda? ¿Destacaría algún trabajo con este sector privado en particular dentro de su gestión?
Raúl Oliván Cortés: Sí. Está clarísimo que la colaboración público-privada, que es la típica expresión que amenaza con quedarse en un significante vacío, porque se repite mucho pero se practica poco, tiene que vertebrarse de otra forma. Creo que las reglas del juego de licitación, pliego, etc. son demasiado limitadas, y tenemos que pensar y definir nuevos esquemas.
Ahí surge, desde hace años, el tema de la compra pública innovadora, que sería un paradigma en el que las empresas podrían aportar mayor talento y creatividad a los desafíos de lo público. Pero no termina de despegar. Creo que es demasiado compleja todavía. En este sentido, los laboratorios serían también como cocteleras, donde lo público, lo privado, lo social y lo común cooperan de forma evidente. O sea, que se pueden y se deben redefinir los marcos de colaboración público-privada, pues son fundamentales para la vertebración de estos ecosistemas de innovación.