La nueva educación pasa por la innovación tecnológica en el aula

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La docencia híbrida, la transmisión en directo de clases o el despliegue en la nube de un aula virtual son algunas de las ventajas de la educación digital. Un paso adelante en el sector que, sin embargo, también presenta algunos obstáculos, como las limitaciones normativas y la resistencia al cambio.

La comisión sectorial de TIC de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) considera que la educación superior se encuentra en un punto de inflexión en el que la tecnología se alza como principal aliado, sobre todo desde que la pandemia acelerara los procesos de transformación con fenómenos como la docencia híbrida, la grabación y transmisión en directo de clases, el despliegue en la nube de LMS (Learning Management System/el aula virtual) para mejorar su escalabilidad o la provisión de escritorios virtuales para que el estudiantado pueda seguir desarrollando actividades en remoto. 

“Algunas universidades ya han desplegado chatbots que prestan ayuda a los estudiantes o incluso usan modelos predictivos para detectar estudiantes en riesgo de suspender. La IA en la educación superior tendrá un papel fundamental como facilitador”, asegura al respecto Jorge Gómez, vicerrector de Tecnología y sostenibilidad de la Universidad Complutense (UCM), quien tampoco oculta que estas innovaciones traen consigo igualmente una serie de obstáculos, como las limitaciones normativas y la resistencia al cambio.

Mundos simulados
Desde la Universidad Europea destacan la incorporación de muchas titulaciones en un formato e-learning, y la implementación de tendencias como la realidad extendida, que ha generado una serie de recursos didácticos basados en realidad virtual y realidad aumentada en los que han colaborado los profesores de diferentes facultades. Una transición que busca que los estudiantes sean responsables de su propio aprendizaje y los docentes tomen el rol de facilitadores y mentores. Por ello, Jorge Gómez incide en que “la universidad es más que una emisora de títulos”. “Tenemos que hablar de la vivencia universitaria en la que, por supuesto, el profesor es necesario y no prescindible en este cambio tecnológico. Cada vez más se promueve que el estudiante venga al aula a trabajar y que en casa estudie la teoría, lo que llaman la clase invertida (flipped classroom), explica”.

En este cambio de paradigma, la parte administrativa también cumple con su papel. Su agilización se ha puesto en evidencia durante la pandemia, y resulta igualmente importante en el marco universitario. El vicerrector de Tecnología y sostenibilidad de la UCM apunta que “los proyectos tecnológicos más desarrollados tienen que ver con la administración electrónica y la educación a distancia o el teletrabajo”. “En el primero, se identificaron la firma de actas. De una forma natural, se han ido asumiendo los procesos y ahora tenemos el reglamento de medios electrónicos, que pone fecha de inicio para una Universidad Complutense sin papel. En el segundo, ha sido clave la infraestructura y el personal, entrenando a tantos docentes no es sencillo, tenemos más de seis mil. El trabajo se ha hecho desde varios frentes”, sostiene.

Puesta a prueba
La idea de trabajo remoto es ya un viejo concepto para una institución pública como la UNED. Sus portavoces destacan que uno de los cambios más importantes de los últimos años “es nuestro sistema de gestión digital completo del ciclo de vida del examen, desde que el profesor lo carga de forma cifrada, hasta la impresión personalizada en una de las 80 sedes en las que puede acudir el estudiante, pasando por el escaneado y corrección digital”. Y ahora que tienen el empujón de los Fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia, pueden hablar de computación en la nube, wifi de alta velocidad, renovación de servidores, hasta proyectos en las tecnologías más actuales, como robotización de procesos y blockchain.

Instituciones como la Universidad Oberta Catalunya (UOC) toman la iniciativa en esta era de transformación. Silvia Sivera, directora del eLearning Innovation Center (eLinC), apunta que la UOC es la primera universidad nativa digital del mundo. “Ahora podemos decir que somos digitales de extremo a extremo, gracias a la aplicación de tecnologías que garantizan la identidad y la autoría en diferentes momentos del aprendizaje”, comenta. Y es que, la tecnología no es transformadora por sí sola. Necesita un modelo pedagógico que la sustente, basado en la actividad que realiza el estudiante y no en las clases magistrales. En cuanto a procesos de gestión, Sivera puntualiza que “una tarea pendiente es la aplicación del blockchain para la certificación de documentos oficiales, títulos y micro-credenciales”.

Punto medio
En este sentido, una de las innovaciones pedagógicas más destacadas de la UOC es Folio, una reinterpretación muy singular del concepto de portafolio que permite el trabajo colaborativo, el desarrollo de la identidad digital del estudiante y, si lo desea, su proyección al mundo profesional. También destaca Graf, que es un sistema propio para evaluar las competencias que se van adquiriendo a lo largo de la titulación, y que toma forma de un gráfico que se puede descargar y compartir en el entorno profesional y laboral. “Ambos ejemplos no utilizan tecnología especialmente compleja, pero son herramientas óptimas. Me preocuparía que la tecnología se utilizase como simple fuego de artificio, o que resulte tan compleja que le haga perder tiempo al estudiante y le suponga esfuerzos inútiles”, establece Sivera. La idea al final en este cambio y como indica el vicerrector de Tecnología y sostenibilidad de la UCM es una fórmula realista de calidad y donde el concepto de aula siga siendo imbatible.

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