La amplia implantación de la factura electrónica refleja la evolución de la digitalización en Europa
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Todas la Administraciones Públicas europeas hacen uso de la facturación electrónica en sus transacciones. En el 13% de los países lo hacen de forma voluntaria, mientras en el 87% las legislaciones locales les obligan a ello.
La compañía SERES, experta en intercambio electrónico seguro de documentos ha realizado una detallada fotografía de la implantación de la factura electrónica en Europa en el informe “La factura electrónica B2B en Europa”. Según él, el 100% de los países utiliza la facturación electrónica en sus Administraciones Públicas, el 87% de forma obligatoria y el 13% voluntariamente.
El proceso de digitalización de las facturas fue impulsado por las instituciones europeas hace casi una década. Bajo la iniciativa de la Comisión Europea, en 2014 el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión aprobaron la primera directiva para establecer un estándar común de factura electrónica, con objeto de aumentar la sostenibilidad de las transacciones comerciales, reducir los costes y mejorar la eficiencia.
Si en el ámbito público la implantación es completa, en el privado sigue un ritmo diferente. Según SERES, Italia es pionera en su implantación, mientras países como Alemania, Bélgica y Grecia están diseñando planes a gran escala y otros, como Francia, presentan un proyecto bastante avanzado.
En el caso de España, la ley Crea y Crece del año pasado, concebida para facilitar e impulsar la creación de nuevas empresas, incluye un importante apartado dedicado a la facturación electrónica. La normativa obliga al uso de la facturación electrónica en todas las transacciones comerciales del sector privado. En un primer año solo obliga a las empresas que facturen más de 8 millones de euros; las demás empresas tendrán un año más para implementarla.