3 de cada 10 españoles desconfían del uso de la tecnología en el ámbito sanitario

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El área de diagnósticos será la más segmentada por la inteligencia artificial. El 41% de los médicos están de acuerdo en implementar la inteligencia artificial en la mejora de pronósticos y seguimiento de pacientes. La IA no sustituye la evaluación personalizada de un facultativo y es necesaria la supervisión médica de cualquier pronóstico generado por esta tecnología.

En un entorno donde los avances tecnológicos están progresando a un ritmo muy acelerado, el uso de la inteligencia artificial (IA) en el campo de la medicina está creciendo y ganando cada vez más terreno. Aunque esta tecnología está desempeñando un papel muy importante en las diferentes áreas de la medicina y la salud, el ámbito que será más segmentado en España será el de los diagnósticos con un crecimiento anual del 32,5% anualmente. 

A pesar de que esta ciencia ayuda a los médicos a tomar decisiones basadas en datos, mejorar pronósticos y personalizar tratamientos, la desinformación sobre el tema implica que no exista una confianza generalizada en ella. Según un Estudio sobre aplicación de la inteligencia artificial, elaborado por el Observatorio nacional de tecnología y sociedad (ONTSI), tres de cada diez españoles desconfían del uso de la IA en el terreno de la medicina, concretamente, el 31% de la población española.

“Es cierto que existe mucho desconocimiento con respecto a la IA, principalmente porque es un abanico de tecnologías muy amplio, que engloba desde algoritmos sencillos hasta implementaciones muy complejas como los grandes modelos de lenguaje”, apunta Jesús Silva, doctor en Física y docente del Máster en Aplicaciones de la IA en Sanidad de CEMP. En general, la IA consiste en una serie de algoritmos que tienen la capacidad de analizar grandes cantidades de datos y sacar conclusiones, es decir, pretende comportarse como si tuviese una inteligencia similar a la humana. 

A diferencia de las dudas de la población, el crecimiento exponencial de esta tecnología sí que ha generado confianza entre algunos facultativos. Del total de los encuestados en el Estudio realizado por la ONTSI, el 41% de los médicos se posiciona a favor de la aplicación de la IA en el ámbito médico. 

Tal y como explica Jesús Silva, se pueden aprovechar muchas de las capacidades de estas tecnologías en diferentes campos relacionados con la sanidad: “Quizás uno de los más destacados es la radiología. En imagen médica, la IA nos puede ayudar a detectar cosas que nosotros podríamos pasar por alto, como tumores en etapas muy tempranas. Además, tiene el potencial de revolucionar la medicina personalizada. Al analizar la imagen en profundidad, la IA puede predecir qué tratamiento funcionará mejor para ti en función de las características del tumor.” No obstante, existe un pequeño porcentaje (el 26%) que, debido a la falta de información, no se muestra partidario de su implementación. 

Es por eso que, hasta que no se conozca cada detalle de esta ciencia inteligente, es necesario concebirla como una herramienta complementaria en el ámbito de la atención médica. A pesar de sus avanzadas capacidades, la empatía, el juicio clínico y la comprensión holística del estado de salud del paciente son aspectos propios de los humanos. Lo que busca la IA no es reemplazar a los médicos, sino potenciar y ayudar en el desarrollo de su trabajo. 

IA actúa como herramienta complementaria a cualquier juicio clínico de profesionales de la salud

La inteligencia artificial puede mejorar la eficiencia y la precisión de los profesionales médicos, pero es fundamental que su uso sea guiado y supervisado por humanos. Además,  cabe reconocer que, actualmente, no puede reemplazar por completo la experiencia y el juicio clínico de un médico. 

La confianza plena en esta tecnología sin supervisión médica plantea algunas preocupaciones. “Sí que es cierto que con la llegada de tecnologías como Chat GPT al ámbito doméstico, hay un riesgo de que la gente confíe demasiado en estas herramientas. Es crucial entender que estos productos son de uso general y no de uso médico, y que no sustituyen la evaluación personalizada de un médico”, apunta Silva. Por ello, los expertos de CEMP mencionan algunos puntos a partir de los cuales justifican porque la inteligencia artificial no es recomendable sin una revisión médica previa: 

Falta de intuición y empatía: La relación que presenta el médico con el enfermo no se limita únicamente al diagnóstico y al tratamiento, sino que también consiste en compartir aspectos emocionales y comunicativos que son esenciales para una atención buena y completa. La IA no tiene la habilidad de comprender cualquier aspecto de manera instantánea, ni la capacidad de razonar o tener empatía. 
Complejidad de la atención médica: La atención médica acostumbra a requerir de la necesidad de interpretar datos complejos y de la consideración de elementos contextuales y personales del paciente que van más allá de las capacidades que tiene la tecnología actualmente. 
Ética y toma de decisiones: Las decisiones de los médicos a menudo abarcan valoraciones éticas, donde se deben tener en cuenta los valores, las prioridades y las debilidades de los enfermos. La IA no puede tomar este tipo de decisiones por sí misma, pero puede ayudar en el proceso.  
Limitaciones en la interpretación de síntomas y contexto clínico: Las habilidades humanas son esenciales cuando se deben analizar y descifrar los diagnósticos, los síntomas y la comprensión del contexto clínico de cualquier paciente. Los médicos tienen la capacidad de hacer preguntas específicas, observar sutilezas y adaptarse a la información que emerge durante una consulta médica.
Supervisión y responsabilidad: La última palabra de las decisiones médicas debe caer exclusivamente en los médicos, ya que la IA todavía debe ser desarrollada, implementada y supervisada por los profesionales de la salud para conseguir garantizar precisión y confiabilidad a los pacientes. 

No obstante, la combinación de la tecnología con el campo de la salud puede ayudar y contribuir en el cuidado de los enfermos y asegurar una visión completa y ética en el área de la medicina. Por ello, en CEMP cuenta con un Máster en Aplicaciones de Inteligencia Artificial en Sanidad que tiene como objetivo preparar a los estudiantes para comprender y liderar proyectos que trabajen con esta tecnología. El curso permite tener una visión amplia de los aspectos técnicos, regulatorios, económicos y éticos necesarios para desarrollar proyectos de IA en el sector salud.