El teletrabajo y la subsistencia de las y los TIC en las Administraciones Públicas

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Carmen Cabanillas, ASTIC, Teletrabajo en la Administración

Carmen Cabanillas, presidenta de ASTIC, subraya la oportunidad histórica de regular adecuadamente el teletrabajo como instrumento para retener y captar talento en la Administración Pública, utilizando los fondos Next Generation para proporcionar un puesto de trabajo inteligente sin importar la ubicación del empleado público.

El teletrabajo es uno de los principales instrumentos de captación y retención de talento utilizado por las empresas tecnológicas tanto en España como en Europa y en el mundo.

Existe una feroz competencia entre las empresas tecnológicas por atraer y retener este talento y conocimiento, al competir en un mundo globalizado en el que hay una apuesta clara por ofrecer un modelo de trabajo más flexible. Talento muy escaso y con poco interés entre los jóvenes, y con una brecha preocupante entre las jóvenes. Sirva este dato para ponerlo de manifiesto: tan solo el 36% de las tituladas en disciplinas STEM son mujeres en la Unión Europea, siendo la brecha de género aún mayor en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), donde solo el 18% son mujeres.

Las y los jóvenes actuales tienen claras sus prioridades a la hora de comenzar la búsqueda de una oportunidad laboral, su primera pregunta al ser entrevistados versa sobre la posibilidad de realizar sus funciones en la modalidad de teletrabajo. En la Administración Pública el interés es coincidente. siendo la principal motivación para cambiar de puesto de trabajo el poder teletrabajar.

"La principal motivación para cambiar de puesto de trabajo en la Administración Pública es poder teletrabajar"

La pandemia nos ha demostrado la gran capacidad de resiliencia de nuestra sociedad y en particular de nuestras Administraciones Públicas, en apenas unos días fuimos capaces de llevarnos el puesto de trabajo a casa y seguir prestando los servicios. Las redes de comunicaciones españolas nos demostraron su robustez y capacidad, permitiéndonos teletrabajar, consumir ocio y comunicarnos, transformando en tan sólo unos días nuestros hábitos.

Todos los Cuerpos TIC trabajaron a destajo para preparar los dispositivos, incrementar las licencias y el ancho de banda, así como para mejorar las medidas de seguridad (por ejemplo, el famoso doble factor de autenticación), etc.

Sin embargo, el teletrabajo no es una práctica laboral novedosa: se inició en la década de los 70 a partir de la crisis del petróleo que encareció los desplazamientos. En los años 90, se generalizó su uso en Estados Unidos para los altos ejecutivos, y posteriormente para los trabajadores autónomos, con el objetivo de reducir costes evitando desplazamientos. Incluso Austria y Alemania promovieron inicialmente el teletrabajo como mecanismo para el desarrollo de las zonas rurales.

Tampoco es nuevo en el ámbito de las AAPP, en los años 2006 y 2007 tuvo lugar una experiencia piloto de teletrabajo en la Administración general del Estado (AGE) en la que tuve el gran privilegio de participar. La experiencia obtuvo una valoración positiva que derivó en el compromiso de incorporar esta modalidad en el ámbito de la AGE, tal y como se citaba en la Disposición final sexta de la derogada Ley 11/2007, de 22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos:

«El Ministerio de Administraciones Públicas, en colaboración con los Ministerios de Economía y Hacienda, de Industria, Turismo y Comercio y de Trabajo y Asuntos Sociales, regularán antes del 1 de marzo de 2008 las condiciones del teletrabajo en la Administración General del Estado». De forma inexplicable, el Gobierno incumplió el mandato legal de regular el teletrabajo en el ámbito de la AGE.

”De forma inexplicable, el Gobierno incumplió el mandato legal de regular el teletrabajo en el ámbito de la AGE”

En estos momentos, la Administración General del Estado se encuentra de nuevo en la misma encrucijada con la preparación del Real Decreto de teletrabajo, que podría decidir el futuro del Cuerpo.

Tenemos ahora una oportunidad histórica, la de contar con los fondos europeos Next Generation, que nos permitirán proporcionar un puesto de trabajo inteligente y trabajar en movilidad, gestionar colaborativamente documentos, realizar videoconferencias, utilizar mensajería segura... sin importar nuestra ubicación.

Es una ocasión única para proporcionar el ansiado teletrabajo a un colectivo que ha demostrado con creces su capacidad de trabajo, de gestionar servicios y proyectos desde cualquier lugar, su eficacia y eficiencia y su vocación de servicio público inquebrantable, sin el que la Administración no podría funcionar.

Los profesionales TIC en la AGE perciben una retribución muy inferior a la del sector privado, se enfrentan a cargas de trabajo y responsabilidades muy superiores a las de sus homólogos de otros cuerpos y, en este momento, tienen posibilidades reales de solicitar una excedencia y desarrollar proyectos interesantes en la empresa privada, quizá paradójicamente trabajando para su propia organización. Sería necesario reflexionar sobre la oportunidad del teletrabajo como elemento de motivación que permite no solo la captación de talento, sino también su fidelización.

No es desdeñable el ahorro de costes en los desplazamientos, máxime en un contexto de transición energética”

No es menos importante la oportunidad que tiene el estado de aumentar su presencia en el territorio nacional, creando oficinas deslocalizadas donde el personal pueda compatibilizar el teletrabajo con la presencialidad en las mismas. Contribuyendo a paliar el problema de la España vaciada gracias al teletrabajo.

Y no es desdeñable el ahorro de costes personales que supone en los desplazamientos, máxime aún en un contexto de transición energética acelerada por la guerra en Ucrania.

La tecnología se ha convertido en el principal valor de una organización y velar por el bienestar de las y los profesionales que la utilizan a favor de su organización y de la sociedad, constituye un aspecto clave para garantizar su supervivencia.

Autora: Carmen Cabanillas, presidenta de ASTIC (Asociación Profesional de Cuerpos Superiores de Sistemas y Tecnologías de la Información de las Administraciones Públicas)