Plásticos y restos de tóner para el asfalto de Barcelona

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El Ayuntamiento de Barcelona hace una prueba piloto con un nuevo tipo de pavimento para una de las calles de la ciudad. El material utilizado se basa en plásticos que en teoría no se podían reciclar y restos de tóner, y ofrece una mayor resistencia que el pavimento normal.

Con idea de reducir la huella de carbono y mejorar la vida útil de la calzada, Barcelona ha realizado ya varias pruebas de pavimentos que utilizan residuos plásticos en la calzada del paseo de la Verneda y en la calle de Aragó.

En este caso, desarrollado en la calle Josep Soldevilla, se ha añadido un ingrediente extra: los residuos provenientes de los tóneres. Este elemento es el que mejorará la vida útil del pavimento, con un tratamiento anticarburante que evita los daños que produce el derrame de carburante. También se espera que retrase la aparición de las roderas que producen los autobuses.

Para crear el material se han utilizado 3.717 kilos de plásticos, el equivalente a 2.478 bolsas de basura del contenedor amarillo. Su fabricación ha supuesto 14 toneladas menos de CO2 que con el material tradicional, no solo por el ahorro que supone respecto a los materiales tradicionales, sino por la mejora en el tratamiento de los residuos plásticos.

Por un lado, los residuos de plástico sustituyen al betún que se utiliza normalmente en la mezcla, lo que ya supone una reducción del CO2. Por otro, utilizar estos plásticos, en teoría no reciclables, permite ahorrarse el tratamiento que tendría que hacerse sobre ellos, lo que a su vez redunda en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.