Tendencias tecnológicas para el Sector Público en 2022

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Los gobiernos y entidades públicas siguen enfrentándose a una serie de retos que ponen a prueba su resistencia y sus recursos. El segundo año de COVID-19 ha producido impactos nuevos y en constante evolución sobre los ciudadanos, las plantillas y las economías. Pero las organizaciones del sector público están adoptando la tecnología, la innovación, los datos y la analítica y las nuevas formas de trabajar con habilidad y compromiso. Repasamos algunas de las tendencias que guiarán la tecnología en el Sector Público en 2022.

Lejos de quedarse fuera de los procesos de transformación y digitalización, las instituciones públicas han decidido asumir un rol protagonista, apoyándose en tecnologías como la nube, amparándose en el potencial de los datos, apostando por la seguridad, y liderando la innovación tecnológica, como garante de éxito.

 

El valor de la nube, pero apostando por un enfoque renovado

La pandemia ha acelerado de manera significativa el viaje del Sector Público hacia la nube, aportando mejoras transformadoras en la elección de servicios, la calidad y la experiencia del usuario, tanto para los empleados como para los ciudadanos y las empresas, así como importantes beneficios en cuanto a costes y eficiencia. La velocidad con la que las administraciones han desarrollado y puesto en marcha servicios vitales de respuesta a la pandemia está demostrando un creciente espíritu de innovación. A medida que continúa el viaje de adopción de la nube por parte del Sector Público, los expertos esperan un cambio de enfoque que se aleje del TCO y se dirija hacia el valor empresarial, la agilidad y el aprovechamiento de las capacidades de la plataforma de la nube.

 

Pero la evolución hacia la nube no es única. Las opciones son muchas y, al igual que el resto de las organizaciones, las entidades públicas deben apostar por la opción que mejor se adapte a sus necesidades y sus objetivos, teniendo en cuenta los datos y los aplicativos con los que interactuar en cada caso.

Por otra parte, el Sector Público parece dispuesto a centrarse cada vez más en la soberanía de la nube. Esto significa trabajar estrechamente con los proveedores de servicios para garantizar la transparencia, el control, la elección y la autonomía sobre toda la tecnología y los activos de TI, como los datos, los sistemas y el software crítico. Los beneficios incluyen la seguridad, el cumplimiento de la normativa y la creación de confianza con los ciudadanos y entidades privadas. A partir de ahí, las administraciones podrán empezar los despliegues de otras tecnologías como la Inteligencia ArtificialMachine Learning o Edge Computing.

 

Obtener valor de los datos

La COVID-19 ha dejado patente los beneficios que la recogida, combinación y puesta en común de datos puede aportar a la sociedad. La posibilidad de compartir los datos de forma multiinstitucional y multinacional ha sido fundamental a nivel sanitario y debe serlo en otros ámbitos de la Administración Pública digital.

A medida que avanza la digitalización de las instituciones, avanza también la posibilidad de acceder a estos datos desde fuera de las propias entidades, permitiendo obtener todo el valor posible de los datos que maneja la Administración.

Tras el adelanto visto en el terreno sanitario, los analistas apuntan a un rápido aumento de la inversión por parte de las organizaciones públicas en plataformas viables de intercambio de datos, que ofreacan cada vez más información sobre la que actuar. De forma paralela, la continua aparición de los Datos Abiertos también impulsará el entorno de información en el que los servicios públicos pueden confiar y utilizar conjuntamente.

Pero los ciudadanos deben tener un papel importante en estos nuevos ecosistemas de datos, controlando el uso de sus propios datos, decidiendo cuándo y con quién compartirlos, lo que deberá incrementar el nivel de compromiso de las administraciones con los ciudadanos y su privacidad.

En todo caso, todo parece indicar que en 2022 seremos testigos de la aparición de nuevos modelos de intercambio de datos en muchos campos prometedores en los que se necesita una visión más amplia, como las competencias para las agencias de empleo, las cadenas de suministro internacionales para las autoridades aduaneras o para los agentes medioambientales. En todos estos campos, el esfuerzo requerirá plataformas y ecosistemas de datos colaborativos basados en normas en las que confíen los contribuyentes y los usuarios, permitiendo el acceso a fuentes ricas y diversas de datos y análisis, para que estén disponibles, se compartan y se desplieguen en beneficio de todos.

Generar confianza en los ciudadanos

Como decíamos, es fundamental que las Administraciones Públicas generen confianza alrededor del uso de la tecnología entre los ciudadanos. La necesidad de responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas en el uso de los datos de los ciudadanos y las nuevas tecnologías es cada vez más importante.

Sin esta confianza, se incrementan las opciones de rechazo por parte de los ciudadanos, lo que podría en peligro los objetivos digitales de la Unión Europea para 2030.

Y un claro ejemplo de esto es la Inteligencia Artificial. Gartner ha publicado que uno de cada cuatro responsables de la Administración ya ha implementado algo relacionado con la IA, mientras otro 60% planea hacerlo en los próximos años. Y en este sentido, desde Capgemini, destacaban recientemente que la confianza de los ciudadanos es la base de la Transformación Digital del Sector Público.

 

Reforzar la seguridad

Ningún progreso en la digitalización sería tal sin tener en cuenta el incremento del volumen y la sofisticación de la ciberdelincuencia, alimentada por la inevitable exposición de datos y sistemas, algo que, como hemos comentado, es una tendencia creciente que se acelerará en los próximos meses.

Las administraciones identifican las infraestructuras críticas como un campo de batalla clave en materia de ciberseguridad, lo que lleva a un creciente incremento de los presupuestos dispuestos para ciberseguridad.

Ofrecer servicios cada vez más digitales

Con una sociedad cada día más digital, los servicios que tiene que ofrecer el Sector Público son, a su vez, más digitales. Para ello, las autoridades deben apostar por la personalización, adecuándose a las necesidades, intereses y circunstancias de cada ciudadano, tanto los más digitales como los menos alejados de este perfil, ofreciendo una experiencia única, no un servicio igual para todos; experiencia sencilla y de fácil acceso, llevar a los servicios públicos una experiencia similar a la que los usuarios obtienen al realizar sus compras digitales, por ejemplo; proactividad, aprovechando el conocimiento que la Administración tiene del usuario y de las necesidades que, en muchos casos, ella misma le impone, como pueden ser el pago de impuestos o la renovación de la documentación, por citar algunas posibilidades; omnicanalidad, siendo la experiencia similar cuando el usuario accede a un servicio físico o cuando lo hace digitalmente, ya sea a través de un PC o mediante un móvil; e identidad digital unificada, para que la relación del ciudadano con la Administración sea segura y eficiente y la experiencia de los usuarios sea la mejor posible.

 

Operaciones más flexibles y resilientes

Al igual que ocurre con las empresas, las instituciones necesitan operaciones de back-end que dé el soporte necesario a las operaciones de front-end. Además de garantizar la seguridad y la protección de los datos, las tecnologías digitales deben proporcionar solidez y agilidad para recuperarse y responder eficazmente a las interrupciones, lo que implica agilidad, o la capacidad de pivotar rápidamente durante las interrupciones en respuesta a nuevas amenazas y oportunidades; escalabilidad, es decir, la capacidad de satisfacer los aumentos o disminuciones repentinos de demanda; y estabilidad, o la capacidad de mantener la operativa.

Además, como ya hemos comentado, es imprescindible aprovechar los datos como motor de valor elemental para la sociedad y las propias instituciones, ayudando a los organismos a tomar decisiones clave mediante el análisis de fuentes de datos divergentes.

En definitiva, es necesario desarrollar plataformas tecnológicas digitales modernas que sean ágiles y flexibles.

 

Automatización: mejorar la eficiencia y la experiencia del empleado público

Ante la creciente complejidad tecnológica y las mayores expectativas de estabilidad y disponibilidad, algunos CIO están rediseñando radicalmente sus organizaciones de TI. ¿Cómo? Están identificando los procesos manuales y repetitivos y aplicando una combinación de ingeniería, automatización y autoservicio. El resultado neto es la racionalización de los plazos, la aceleración de la entrega de valor y una TI más eficaz y estable en todos los ámbitos. Este tipo de automatización disruptiva representa una oportunidad inmensa, aunque infravalorada. Las tendencias tecnológicas anteriores, como NoOps, Zero Trust y DevSecOps, comparten un tema común: la importancia de pasar al código en toda la organización. Al pasar de la administración manual a la ingeniería y la automatización, las organizaciones pueden gestionar sistemas complejos con mayor eficacia y mejorar la experiencia del cliente gracias a una mayor disponibilidad y resistencia.

Dada la falta de talento informático, los gobiernos no pueden permitirse desperdiciar el tiempo de los empleados públicos. Hay que pasar de forma rápida a la automatización o eliminación de todas las actividades de bajo valor, pasando a que los recursos humanos gestionen el código que gestiona los entornos y los sistemas. Si se ejecuta correctamente, esto mejorará la eficiencia y la experiencia de los propios empleados.

Aprovechar las posibilidades de las plataformas Low Code

Pensando nuevamente en la falta de personal con el talento adecuado y en reducir costes, las administraciones deben apostar por plataformas de Low Code o No Code para unificar y ampliar sus aplicaciones existentes y reunir los datos y los flujos de trabajo en una única solución. Estas plataformas aportan a las organizaciones públicas la flexibilidad para crear sus propias aplicaciones permitiendo crear puentes con la integración de tecnologías como la automatización o la Inteligencia Artificial. Al integrar los datos de aplicaciones dispares en una sola interfaz, los datos de misión crítica están más disponibles y el personal pasa menos tiempo navegando entre soluciones y más tiempo en sus propias funciones, lo que podría impulsar otras iniciativas de digitalización de las organizaciones gubernamentales en 2022.